Santa Marta es una figura bíblica mencionada en los Evangelios de Lucas y Juan y se le conoce por haber hospedado a Jesús siendo venerada por ello, y la Novena a Santa Marta que hoy te trae Frases.Top no solo sirve para venerarla, sino para pedir cualquier milagro o favor que puedas necesitar, pues ella es la patrona de las mujeres que trabajan al servicio de los demás, sea como amas de casa, lavanderas, sirvientas, en casas de huéspedes y labores relacionadas.
Novena a Santa Marta: Oraciones de todos los Días
La Novena a Santa Marta son oraciones que debes realizar a lo largo de 9 días. Como muchas novenas empieza con un acto de contrición, sigue una oración diaria que se repite siempre y algunas oraciones que cambian día a día. Ten presente que al terminar la oración diaria se realiza la petición que quieres dar a conocer a Santa Marte y que deseas que te conceda, continúa con un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria y sigue con la oración del día:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Acto de Contrición
Altísimo y amantísimo Redentor Nuestro, por el incomparable e inexplicable amor que nos tiene Vuestro Sagrado Corazón, os hicisteis hombre como nosotros padeciendo los más acerbos dolores y menosprecios mientras vivíais, muy especialmente durante tu pasión y muerte en la Cruz, y por estos padecimientos te ruego humildemente que me perdonéis todos mis pecados de los cuales me arrepiento de todo corazón.
Perdón, dulcísimo Jesús mío, y por los padecimientos que sufrió vuestra Santísima Madre, por los merecimientos del glorioso Patriarca San José, y de su sierva Santa Marta me propongo nunca más pecar ayudado de vuestra gracia. Amén.
Oración diaria de la Novena a Santa Marta
Marta de Betania fue descrita en el Nuevo Testamento por Lucas y Juan. Ella vivía en la aldea de Betania junto a Lázaro de Betania y María de Betania, cerca de Jerusalén. Cuenta la historia que hospedó a Jesús en al menos tres ocasiones y observó uno de los más grandes milagros de Jesús, pues él resucitó a su hermano cuatro días después de su muerte. Ten presente esta historia de fe al realizar esta oración diaria de la Novena a Santa Marta:
Dios y Señor de bondad que derramaste tu inmensa gracia en la vida de la bienaventurada virgen santa marta, la que reconociendo personalmente a vuestro amado hijo Jesús nazareno, por el mesías verdadero, abrazando gustosamente su doctrina y practicando con fidelidad tus celestiales lecciones, llegó en poco tiempo a la santidad más elevada, te suplico humildemente por los méritos del mismo señor Jesús, nuestro redentor y salvador, y por la intercesión de santa marta, me concedas los auxilios de tu inmensa misericordia para alcanzar la gracia que solicito en esta Novena .
Sigue con tu petición, luego continúa con un Padre Nuestro, Ave María y Gloria, al terminar incluye la oración del día y finaliza con la oración final.
Oración final de cada día
Con esta oración has de terminar cada día de la Novena , recuerda que debes de completar todos los pasos para que esta Novena sea realmente efectiva:
Oración a la Santísima Virgen. Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos, y compadeceos de nosotros miserables pecadores que recurrimos a Vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los bienaventurados.
Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido el Amantísimo Corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Procura acudir a misa, confesarte y comulgar todos los días de la novena. Solo así lograrás los resultados deseados, ya sea porque deseas pedir un milagro o ayuda a Santa Marta o bien, has prometido la Novena como pago por su intercesión y ayuda en tus labores domésticas o en tu negocio de hostelería.
Primer Día de la Novena
Esta primera oración destaca la virginidad y servicio de Santa Marta a Jesucristo, no solo cuando le atendió, sirvió y cuidó de él en tres ocasiones, sino el resto de su vida, dedicada a la soledad y a la oración, alcanzando así la perfección evangélica, la pureza y la castidad en alma y cuerpo:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que oyendo los elogios que hacía el Señor de la virginidad y practicando esta admirable virtud, determinaste no admitir otro esposo que el esposo de la Vírgenes y renunciando a las vanidades del mundo, te dedicaste a la soledad del retiro, con lo que llegaste en muy breve a la perfección evangélica; te suplico Santa admirable, que por los auxilios de tu meditación vivamos todos con pureza y castidad en el alma y el cuerpo, aborreciendo las vanidades y riquezas de este mundo materialista, para que así, nos hagamos dignos de la eterna bienaventuranza.
También imploro Santa mía, vuestra intercesión, para que la majestad Divina me conceda el favor particular que ahora solicito, si conviene para el bien y provecho de mi alma, y si no, vos como abogada mía, enderezad y rectificad mis pensamientos a mayor servicio de Dios. Alcanzadme una meritoria conformidad y resignación en su Santísima Voluntad.
Amén.
Segunda oración
Mientras realizas esta oración, medita sobre el amor a Dios y como te ha servido en tu vida diaria:
¡Oh Santa Patrona mucho habéis aprendido de las enseñanzas de nuestro Divino Maestro, vuestra diligencia no se ha menguado sino más bien lo juntasteis con la mansedumbre y humildad de vuestro corazón. Por esta gracia que le concedió Nuestro Señor, interceded por nosotros pidiendo la gracia abundante para que podamos servirle más y más en esta vida y gozarle en la otra. Amén.
Petición: Santa Marta gloriosa, que, llena de humildad, hiciste saber a Jesús, en unión con tu santa hermana María Magdalena la enfermedad de Lázaro vuestro hermano, con este mensaje: “Señor, mira que aquel que tu amas está enfermo”; infunde en mi alma sentimientos de humildad y de filial confianza en la Providencia de Dios, para que merezca como tú la gracia que por tu mediación solicito.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
Segundo Día
En la oración del segundo día tenemos que se destacan las virtudes de la profesión de Santa Marta como servidora y protectora y nos cuenta como ella y su hermano Lázaro sufrían y oraban sin cesar ante el desenfreno de María Magdalena y su vida licenciosa, obteniendo respuesta a sus ruegos por su fe, pues su hermana aceptó el camino de Dios:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que al mismo tiempo que hacías pública profesión de la más ajustada y ejemplar virtud, padecía tu corazón las mayores aflicciones y penas al ver que tu hermana María Magdalena entre perfumes, galas y joyas, se hacía llevar de su inclinación a los abismos del orgullo y vanidad mundana, se había hecho escándalo público de toda la provincia sin que hubiera bastado tu anhelante esmero, lecciones y ejemplos para inspirarle temor de Dios, que por fin oyendo benignamente al Hijo de Dios, los clamores y ruegos que con Lázaro dirigías incesantemente a su piedad por la salvación de una hermana de vida tan licenciosa y perdida, movió el corazón de aquella insigne pecadora y con perfecta conversión y maravillosa mudanza de vida, llenó el tuyo de inexplicable gozo y alegría.
Comunicad piadosa Santa, nuestros ruegos al Señor a favor de todos los infelices pecadores, para que ayudados con sus Divinos Auxilios imitemos a la Magdalena en la enmienda, aborrecimiento, dolor y penitencia de nuestros pecados, también imploro santa mía, vuestra intercesión, para que la majestad Divina me conceda el favor particular que solicito si conviene para el bien de mi alma, y si no vos, como abogada mía enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
Amén.
Segunda oración
Mientras realizas esta oración medita como has velado y luchado por la horna de Dios:
Rogad a Dios, dulce Patrona nuestra, que seamos fieles en el desempeño de nuestros deberes cristianos, celosos en velar por la honra de Dios y así obtengamos después de todo una santa muerte. Amén.
Petición: Santa Marta gloriosa, que, con tus palabras llenas de fe y esperanza en el poder de Jesús, ausente en la muerte de tu hermano Lázaro: “Señor, si hubieses estado aquí no hubiera muerto mi hermano”, conmoviste el corazón del divino Maestro, y oíste de sus labios aquella promesa: “Tu hermano resucitará”, obtén para mi esta fe ciega en el poder de Dios y esta confianza en su bondad infinita, que me hagan merecedor de la gracia que por tus ruegos solicito.
Jaculatoria: Señor, por la gratitud de tu Corazón divino a los caritativos moradores de la casa de Betania, Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
Tercer Día
En este día de la Novena , la oración correspondiente nos recuerda la muerte de Lázaro y la petición que hizo Marta a Jesús, pues llevada por su fe en Él le rogó en llanto que regresara su hermano a la vida y Jesús conmovido por sus lágrimas y fe realizó el milagro:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que, habiendo enfermado, y muerto tu hermano Lázaro y habiendo Jesús llegado a tu casa después de cuatro días de sepultado, apenas le viste cuando bañada en llanto y llena de fe más viva, le dijiste: “Señor, si hubieses estado aquí no hubiera muerto mi hermano, pero no desconfío de verlo resucitado porque sé que Dios no te puede negar lo que le pides”. Y en efecto, movido el Señor de tus lágrimas y las de María Magdalena, premió tu amorosa confianza restituyendo la vida a tu hermano. Te ruego pues dichosa Santa que amoldes y dispongas nuestros corazones de manera que recurriendo a ejemplo tuyo en todas nuestras penalidades y trabajos a Jesús, con la fe, confianza y pureza necesarias, merezcamos sus Divinos Socorros y consuelos para que remedien nuestras necesidades y miserias.
También imploro Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que ahora solicito, si conviene para el bien de mi alma, y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
Amén.
Segunda oración
Medita sobre la fe mientras realizas esta oración:
Gloriosa Santa, por vuestra diligencia en la oración y dulces coloquios con Dios alcánzanos de Él la gracia de ser fervientes en la oración y constantes en el ejercicio de la virtud. Amén.
Petición: Santa Marta gloriosa, que oíste de labios de Jesús aquellas palabras: “Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en mí, aunque hubiere muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees tu esto?”, y tu llena de fe y perseverando en tu petición, le respondiste: “Oh, Señor, si que lo creo, y que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo que has venido a este mundo”; alcánzame del divino Maestro fervor y constancia en mi oración, para así merecer la gracia que solicito.
Jaculatoria: Señor, por tus lágrimas de compasión derramadas en Betania ante el sepulcro de Lázaro y por el milagro de su resurrección, obrado por ti como respuesta a las súplicas de sus santas hermanas Marta y María Magdalena, concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo, óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
Cuarto Día
En esta oración resaltamos la gran fidelidad de Santa Marta hacia Jesucristo, al punto de acompañarlo en su pasión, acompañándolo en cada paso del camino hacia el Calvario hasta verlo clavado en la cruz:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que, siguiendo constantemente los pasos de tu Divino Maestro, no lo quisiste perder de vista, sobre todo durante el tiempo de su pasión, sintiendo y llorando amargamente todos los tormentos y afrentas hasta verlo morir clavado con ignominia en la cruz. Te suplico, ¡oh dulce Santa!, que por tu intermedio logremos las gracias celestiales que necesitamos obtener para seguir con confianza los caminos de Jesús y para fijar nuestro espíritu en la contemplación de su pasión dolorosa, para que de este modo consigamos algún día celebrar los triunfos de su gloria en el cielo.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma, y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
Amén.
Segunda oración
Realiza esta oración meditando sobre el ayuno y los padecimientos que como seres humanos sufrimos a lo largo de la vida y como estos pueden ser aliviados por nuestra fe en Jesucristo:
Ruega por nosotros, Patrona nuestra, que Dios ilumine nuestro entendimiento, y nos conserve de las falsas doctrinas que el mundo propaga contra la Santa Iglesia de Dios. Queremos las enseñanzas de Jesucristo, las mismas que seguisteis y os empeñasteis a que otros las conozcan, tras grandes sacrificios, para que seamos dignos merecedores de la gloria eterna en el cielo. Amén.
Petición: Ruega por nosotros, Patrona nuestra, que Dios ilumine nuestro entendimiento, y nos conserve de las falsas doctrinas que el mundo propaga contra la Santa Iglesia de Dios. Queremos las enseñanzas de Jesucristo, las mismas que seguisteis y os empeñasteis a que otros las conozcan, tras grandes sacrificios, para que seamos dignos merecedores de la gloria eterna en el cielo. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
Quinto Día
Esta oración nos recuerda el terrible suplicio que enfrentó Jesucristo para salvarnos de nuestros pecados y como este hizo sufrir a todos sus seguidores, en especial a María Magdalena y a Marta. En esta oración se pide a Santa Marta que nos ayude a ser buenos cristianos, a tomar las mejores decisiones y a que nuestras peticiones se encuentren siempre dentro del camino de Dios:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que luego que los piadosos varones bajaron de la cruz al adorable cuerpo del Salvador, y después de haber presenciado y acompañado con tus tristes lamentos y abundantes lágrimas el insondable dolor de María Santísima al ver a su Divino Hijo muerto, ensangrentado, y desfigurado en sus amorosos brazos, concurriste con María Magdalena y otras piadosas personas, a rendir a aquel sagrado cadáver los últimos honores, dándole decente sepultura, con la mayor veneración te suplico poderosa Santa, nos alcances del Señor la gracia de que penetrados de un verdadero dolor y arrepentimiento de nuestros pecados, aceptemos acompañar a Jesús y María digna y espiritualmente en sus dolores, para alabar y bendecir después sus misericordias en la patria celestial.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
Amén.
Segunda oración
Como Santa Marta, debemos prestar atención al amor y a la caridad que le ofrecemos al prójimo, en especial a aquellos menos favorecidos:
Amable Patrona nuestra y obediente discípula de Cristo, durante su vida mortal practicasteis esta hermosa virtud de caridad, rogad por nosotros a nuestro Divino Maestro que nos conceda la gracia de ser caritativos para con los indigentes, máxime para los que con la pobreza peligran caerse en pecados graves perdiendo el Alma por toda la eternidad.
Amén.
Petición: Amable Patrona nuestra y obediente discípula de Cristo, durante su vida mortal practicasteis esta hermosa virtud de caridad, rogad por nosotros a nuestro Divino Maestro que nos conceda la gracia de ser caritativos para con los indigentes, máxime para los que con la pobreza peligran caerse en pecados graves perdiendo el Alma por toda la eternidad. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
Sexto Día
En esta oración nos encontramos con que Marta nunca abandonó a la Virgen María, sino que continuó a su lado, aliviando su tristeza y soledad. Con este rezo también pedirás a Santa Marta que despierte en tu corazón la empatía y el amor por tus prójimos menos favorecidos con el objetivo de ayudarlos en lo que te sea posible:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra que después de sepultado Nuestro Divino Redentor no te apartaste de su afligida Madre, sino que acompañándola en su soledad y aliviando cuanto era posible su tristeza y amargura, te mostraste cada vez más fervorosa amante de esta Señora. Te suplico Santa amable que, por estar tan cercana de esta Divina Reina, inclines su maternal corazón a nuestro favor, excitando en nuestros corazones las más fervorosa devoción a sus dolores para que amparados en su soberana protección, lleguemos felizmente a la gloria del cielo.
También imploro Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
Amén.
Segunda oración
Con esta segunda oración te recomendamos meditar sobre la humildad basándonos en como esta virtud llevó a Marta a ser considerada una verdadera Santa. En esta oración también realizamos una sencilla petición a Jesucristo para que nos permita ser humildes de corazón:
Gloriosa Patrona, por la humildad que llevasteis hasta llegar a tan alta perfección, rogad a nuestro Señor Jesucristo que nos conceda la misma virtud de la cual mucho necesitamos en esta vida cotidiana en este valle de lágrimas. Esperamos de vuestro valimiento esta gracia para que un día podamos gozar con vos la eterna bienaventuranza. Amen.
Petición: Gloriosa Patrona, por la humildad que llevasteis hasta llegar a tan alta perfección, rogad a nuestro Señor Jesucristo que nos conceda la misma virtud de la cual mucho necesitamos en esta vida cotidiana en este valle de lágrimas. Esperamos de vuestro valimiento esta gracia para que un día podamos gozar con vos la eterna bienaventuranza. Amen.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
Séptimo Día
Siguiendo con la vida de Santa Marta y sus experiencias, tenemos que fue de las primeras en ver a Jesucristo resucitado y recibió los dones del Espíritu Santo. En esta oración también puedes expresar tus peticiones y solicitar su intercesión ante Dios para obtener lo que tanto necesitas:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que mereciste la gran dicha y gozaste de la dulce alegría de estar entre las primeras personas que vieron al Señor después de su triunfante resurrección, asistiendo a sus instrucciones y recibiendo cada día nuevas gracias y favores y luego que subió a los cielos no te apartaste del lado de la Santísima Virgen hasta la venida del Espíritu Santo, cuyos dones recibiste en el Cenáculo. Te suplico amada Santa, que por tu mediación nos hagamos dignos de la consoladora presencia de Jesús en nuestras almas para que inundadas de sus gracias merezcamos alabarlo por toda la eternidad en el cielo.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
Amén.
Segunda oración
En esta oración meditamos sobre la pureza y nos ayuda a solicitar ante Dios la claridad de espíritu para poder ser santos y puros como ella:
Ayudadnos, Santa Marta, contra las asechanzas del mundo y de la carne, y alcánzanos de Dios la gracia de ser santos y puros. Socorrednos y ayudadnos; con vos queremos reinar en el reino de vuestro esposo, Cristo Jesús. Amén.
Petición: Ayudadnos, Santa Marta, contra las asechanzas del mundo y de la carne, y alcánzanos de Dios la gracia de ser santos y puros. Socorrednos y ayudadnos; con vos queremos reinar en el reino de vuestro esposo, Cristo Jesús. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
Octavo Día
Esta oración nos cuenta el destino de Santa Marta, quien, por ser testigo de los milagros de Jesucristo y su más fiel seguidora, fue desterrada por los judíos junto a sus hermanos, Lázaro, prueba viviente del poder de Jesucristo y María, a bordo de un barco sin mástil, timón ni aparejo y dejados a su suerte en el feroz mar. Sin embargo, su fe les salvó y el barco llegó a Marsella, donde transmitieron la fe en Cristo y obraron milagros:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que fuiste perseguida por los judíos y desterrada con tus hermanos, metida en un navío sin mástiles, timón ni aparejo alguno y expuestos al arbitrio y furia de los vientos y las olas del mar, pareciéndoles el mejor medio de deshacerse de una familia cuya presencia no podían sufrir, porque Lázaro era un milagro visible y un testimonio elocuente de la Divinidad de Aquel a quien ellos habían muerto ignominiosamente; pero que salvándoos la Divina Providencia, llegasteis al puerto de Marsella, donde anunciaste la fe de Jesucristo, convirtiendo a muchos y obrando grande maravillas.
Te suplico poderosa Santa nos alcances del Señor la constancia y la firmeza que necesitamos para sufrir por Jesucristo todas las persecuciones, burlas y desprecios que se nos susciten, sin que jamás dejemos de alabar, confesar y bendecir el santo nombre de Jesús.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
Amen.
Segunda oración
Al rezar esta oración medita sobre tu devoción a la Santísima Virgen y en cómo puedes servir a Jesucristo con tu vida:
Amabilísima Patrona nuestra, Santa Marta, con mucha devoción servisteis a Jesús y a María, y ahora que estáis gloriosa en el cielo y vuestro valimiento para con Jesús y su Santísima Madre es muy grande, pedidles que se dignen concedernos la gracia de la perseverancia final; y pedidles también que antes que demos los últimos sollozos de la vida tengamos un dolor perfecto de nuestros pecados y un ardentísimo amor a Dios y conformidad a su santa Voluntad.
Amén.
Petición: Amabilísima Patrona nuestra, Santa Marta, con mucha devoción servisteis a Jesús y a María, y ahora que estáis gloriosa en el cielo y vuestro valimiento para con Jesús y su Santísima Madre es muy grande, pedidles que se dignen concedernos la gracia de la perseverancia final; y pedidles también que antes que demos los últimos sollozos de la vida tengamos un dolor perfecto de nuestros pecados y un ardentísimo amor a Dios y conformidad a su santa Voluntad. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
Noveno Día
En la última oración de la Novena se describen algunas de las batallas de Santa Marta, como su lucha contra un feroz dragón y su vida en un monasterio en medio del desierto, donde sirvió a Jesucristo junto a muchas doncellas vírgenes. En dicho lugar Santa Marta encontró la muerte y la recibió gustosa, pues sabía que sería recibida por Jesucristo:
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que, movida de las lágrimas de los vecinos de Tarascón y de los pueblos comarcanos, los librasteis del monstruoso dragón que todo lo devoraba, atravesaste el río Duraza, armada con la Santa Cruz y agua bendita, arrastraste el dragón con el ceñidor trayéndole a la ciudad donde le dieron muerte. Después retirándote a un desierto con muchas doncellas que habías convertido y edificado un monasterio vivías en él, como ángeles y castas esposas del salvador, el cual queriendo premiar tus virtudes te reveló el día de tu dichosa muerte como también el que tu hermana Magdalena gozaba ya en el cielo de su gloria; y después de una calentura lenta, que aumentó tus merecimientos, sabiendo que era llegada la hora de juntarte con tu Divino esposo, mandaste que te echasen sobre las cenizas en presencia de tus afligidas compañeras y exhortándolas a las perseverancia final, pasaste tranquilamente al descanso del Señor.
Te suplico preciosa Santa, nos facilites los medios que necesitamos, para que llevemos una vida espiritualmente retirada de los bullicios del mundo y sea feliz nuestra muerte.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones, al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
Segunda oración
Esta segunda oración del noveno día va dedicada a la devoción a San José, por lo que si eres fiel a este santo, puedes aprovechar el momento para pedir su intercesión y ayuda para ser un mejor cristiano:
Santa Marta, ya que estáis en el cielo y conocéis el poder de San José, suplicad a tan bondadoso Patriarca que nos alcance de su Divino Hijo la gracia de vivir cristianamente, imitándole en la pobreza, en el cumplimiento de los mandatos de Dios y de nuestras propias obligaciones y mediante esto obtener la vida eterna en el cielo. Amén.
Petición: Santa Marta, ya que estáis en el cielo y conocéis el poder de San José, suplicad a tan bondadoso Patriarca que nos alcance de su Divino Hijo la gracia de vivir cristianamente, imitándole en la pobreza, en el cumplimiento de los mandatos de Dios y de nuestras propias obligaciones y mediante esto obtener la vida eterna en el cielo. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
La Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Oriental veneran a Santa Marta como una verdadera santa, mientras que la Comunión Anglicana y la Iglesia Luterana la conmemoran. Durante siglos esta santa ha sido la patrona de sirvientas, amas de casa, casas de huéspedes, lavanderas, del hogar, hoteleros, cocineros y más, pues todas estas labores están asociadas a su historia con Jesucristo. Si esta Novena a Santa Marta de Frases.Top te ha gustado no dejes de compartirla en tus redes sociales, darle un me gusta y ver nuestra lista con todas las oraciones a Santa Marta. ¡Hasta pronto!

Apasionado por la escritura, antes de estar en Frases.Top he ejercido como psicólogo y logopeda especialista en terapia de lenguaje de niños. Si quieres saber más sobre mí, te invito ver mi perfil de Linkedin. También puedes ver mi libro de Frases para Triunfar en la Vida disponible en Amazon.
