Cuentos de Terror Largos y Cortos

Pasar un rato terrorífico puede llegar a ser muy divertido. Si eres de esas personas que les encanta experimentar este tipo de emociones fuertes y leer este tipo de relatos, te invitamos a disfrutar de las siguientes historias y cuentos cortos y largos de terror inventados de Frases.Top. Tenemos tanto historias de miedo para adultos como algunas famosas para niños infantiles.

Cuentos Largos de Terror Originales

Leer algunos cuentos largos de terror inventados y originales es un excelente pasatiempo para pasar miedo. Te presentamos los que hemos seleccionado en Frases.Top:

EL CLUB HELLFIRE

Muy pocas son las construcciones en el mundo cuyas paredes han sido testigos de historias de terror verdaderas y el club Hellfire es una de ellas. La historia de este lugar es curiosa, se dice que entre las montañas de Dublín, Irlanda, fue encontrado un antiguo sepulcro que data de los años 4500 a 200 a.C. Siglos más tarde, el magnate Connolly compró el terreno y construyó en él un pabellón de caza.

Connolly murió y el pabellón fue reformado para convertirlo en el club Hellfire, un lugar de reunión para ricos Hedonistas. En él discurrían las apuestas, fiestas, vicios y todo tipo de actividades incluso en noches frías y tormentosas.

Una noche, se acercó a la puerta del club un hombre misterioso que había sido sorprendido por una feroz tormenta. El viajero contaba con el dinero suficiente para costear una partida de póquer para pasar el frío de la tormenta junto al calor de la fogata.

Nada le perturbaba, mantenía una fría calma y eso provocaba que todos se preguntasen su identidad. Aun así, el visitante no revelaba su identidad, solo quería jugar una partida de póquer.

Los más habilidosos jugadores vieron en él la oportunidad de ganar dinero fácil. Pronto grandes apuestas cayeron sobre la mesa, a estas se sumó el dinero que llevaba consigo el viajero.

La tormenta continuaba cayendo con fuerza, a la par de la misma la suerte del hombre misterioso crecía. En un punto, los jugadores trataron de aprovecharse de él para sacar ventaja en el juego. El jugador de la derecha trataba de distraerlo con conversaciones fútiles, pero el hombre apenas hablaba.

Uno de los socios del club al ver que perdía grandes sumas de dinero intentó otra artimaña. Fingió que sus cartas se habían caído al suelo y, al agacharse bajo la mesa para espiar las del misterioso visitante, emitió un agudo grito de terror.

¡Era imposible lo que estaba viendo! El hombre, en vez de piernas y pies humanos tenía patas y pezuñas de cabra.

Al escuchar el grito, todo el club enfrentó al forastero. Entonces el Principe de las Tinieblas se levantó y reveló su verdadera forma ante los presentes en el club.

—Decidí visitar el gran Club Hellfire —dijo con voz atronadora—. Es un lugar en el que me han rendido culto con la mejor disposición ¿Acaso han olvidado sus pecaminosos actos?

Después de aquellas palabras poco se supo del club. Lo único que se sabe de él es que a la mañana siguiente solo quedaron los escombros humeantes del lugar y desde el punto donde se encontraba la puerta, trazando la salida, quedaron grabadas en la tierra, las huellas humeantes de un par de patas de cabra.

Se dice que aún hoy, valientes aventureros pueden divisar las ruinas de lo que fue alguna vez un lugar que rendía culto a las más bajas pasiones humanas.

 

LA LEYENDA DE MAURICIO Y EL HOMBRE SIN PÁRPADOS

Era un día frío y húmedo en Buenos Aires y Mauricio regresaba caminando a casa a través de un barrio solitario y de muy mal aspecto. El ritmo de los pasos de Mauricio era lento y confiado, aunque el barrio era aterrador, se sentía seguro en él, pues transitaba por ese lugar todos los días.

Fue entonces cuando sintió los vellos de su nuca erizarse, un escalofrío recorrió su espalda. Sentía que alguien lo estaba persiguiendo.

Desesperado y temiendo lo peor, miró a su espalda por el rabillo del ojo, fue así como logró ver la silueta de un hombre, misma que no había estado allí un segundo antes.

Mauricio siguió caminando un poco más rápido que lo habitual. El hombre se mantuvo a su espalda, acercándose cada vez más.

—¿Qué se creerá este hombre? ¿Qué quiere de mí? ¿Piensa que no me he dado cuenta que me está siguiendo? —se preguntó Mauricio con creciente temor. Aun así, trató de mantener el control.

Mauricio dedicó una mirada rápida a su perseguidor. Era extraño, vestía formal, no parecía algún asaltante, aun así, Mauricio no bajó la guardia. Con la esperanza de perderlo, Mauricio cruzó la calle y cambió la dirección, pero el hombre siguió sus pasos con mayor frenesí. El nerviosismo de Mauricio creció.

Cuando se encontraba cerca de su casa Mauricio reunió valor. Dio la vuelta y enfrentó a su perseguidor.

—¿Qué quieres? ¿Me quieres sobornar o qué?

Mauricio aprovechó la oportunidad para detallar al hombre. Parecía normal, excepto por un particular detalle ¡No tenía párpados en los ojos! Al ver tal escena, a Mauricio se le heló la sangre.

Tal fue su sorpresa que Mauricio largó a correr despavorido en dirección a su casa. Para su sorpresa, el hombre sin parpados no lo siguió, cosa que lo llevó a preguntarse si le estaría acechando. Con el corazón en la boca Mauricio se asomó a la ventana, pero no vio más a aquel hombre.

Debido al terror que le provocó aquel pálido hombre sin párpados, Mauricio empezó a investigar. Pronto encontró en un foro en internet que aquella espeluznante aparición era típica de Buenos Aires y que surgía tanto de noche como de día.

La historia contaba que el hombre había nacido sin párpados y que por esa razón la sociedad lo repudiaba. Pronto el repudio lo llevó a odiar a la sociedad y a asustar a quienes caminaban solos, en especial durante la noche.

Otros aseguraban que el hombre había sido víctima de un ritual vudú, en el cual le habían arrancado los párpados y ahora vagaba por la ciudad buscando a los responsables de su tormento.

Ambas leyendas tenían un punto en común, el hombre sin párpados no aparecía con frecuencia, pero cuando lo hacía, perseguía a la persona hasta volverla loca, apareciéndose cerca de ellos para atormentarlos con su presencia.

Al leer esto, Mauricio sintió que su sangre se congelaba. Se sentía observado. Volteó con lentitud y se encontró frente a frente con el hombre sin párpados, quien lo observaba fijamente y sin moverse.

Mauricio había sido elegido como su próxima víctima y sería atormentado por este ente durante toda su vida.

Es por eso que quienes visitan o viven en Buenos Aires deben tener cuidado, pues esta entidad vaga por sus calles, esperando la oportunidad para elegir a su próxima víctima.

La leyenda de Mauricio y el hombre sin parpados

 

¡AYÚDAME!

Una pareja deseaba huir del agitado ritmo de vida citadino por lo que decidieron mudarse con sus dos hijos pequeños a una humilde casa de campo. Esta se encontraba cerca de su pueblo natal y había estado deshabitada durante muchos años y requería de arreglos, pero su bajo precio les convenció de comprarla.

Los hijos de la pareja, un niño de 10 y una niña de 6, se instalaron con gran alegría en la nueva casa. Cada uno tenía una habitación y estaban muy felices por contar por fin con espacio propio. Sin embargo, todo cambió al caer la noche.

Mientras todos dormían la niña se levantó de su cama, se detuvo frente a una de las esquinas de su habitación y empezó a arañar la pared mientras susurraba:

—¡Ayúdame!

La pequeña ya había padecido episodios de insomnio, por lo que sus padres no se preocuparon demasiado, pero por precaución hicieron que los niños compartieran la misma habitación.

La pequeña Elisa ya había sufrido algún episodio de sonambulismo con anterioridad, por lo que los padres no se preocuparon en un primer momento. Como medida de precaución decidieron que los niños durmieran en la misma habitación.

Todas las noches, después que su hermano conciliara el sueño, la niña se levantaba, se dirigía al otro dormitorio y arañaba la esquina mientras rogaba:

—¡Ayúdame!

Además, aparte de aquel comportamiento, la niña se volvió retraída y triste. Al ver esto, los padres decidieron indagar y empezaron a hacer preguntas en el pueblo. Pronto descubrieron que hacía algunos años una tragedia sacudió la pequeña comunidad. Una niña se había perdido en el bosque y su padre se había suicidado poco después.

Muy asustados y preocupados los padres de la niña decidieron retirar los paneles de madera de la esquina de la pared que su hija arañaba. Después de muchos esfuerzos encontraron en el lugar un esqueleto pequeño con las manos atadas.

¡Ayúdame!

 

EL FANTASMA Y MI HERMANO

Vivía en una casa construida en 1904, era unifamiliar, con estructura de madera sobre cimientos de hormigón. Llevo viviendo en ella desde hace unos 12 años y a lo largo de ese tiempo mis hermanos y yo hemos visto y escuchado todo tipo de cosas paranormales. Una de las historias más espeluznantes fue protagonizada por mi hermano.

Hace unos diez años mi hermano y sus mejores amigos habían montado una banda de garaje que se dedicaba a tocar rock español o música alternativa en español. Solían reunirse los domingos por la tarde. Ensayaban durante las últimas horas de la tarde y primeras horas de la noche y terminaban a las 8, pues a esa hora llegaba del trabajo y me iba a la cama.

A finales de otoño los días eran muy cortos, mi hermano y sus amigos habían terminado de practicar y decidieron ir a otra casa para continuar. Mi hermano entregó las llaves de su auto a un compañero para que cargaran el equipo. Todos abandonaron el sótano y decidieron descansar un poco después de cargarlo todo, esto debido a que el recorrido no había sido sencillo, era necesario subir las escaleras del sótano, atravesar la cocina, cruzar un pasillo hasta llegar al salón y salir al porche delantero.

MI hermano se quedó atrás porque recordó que había dejado su cena sobre uno de los altavoces que habían quedado en el sótano. Regresó a la habitación y buscó el recipiente con su cena cuando por el rabillo del ojo detectó movimiento.

Era una figura sombría, escondida justo en su visión periférica. El temor dominó a mi hermano, mis padres nos habían enseñado que, en presencia de un fantasma negativo, debíamos rezar o maldecirlo. Mi hermano estaba tan aterrado que decidió maldecirlo y le insultó.

Mi hermano subió las carreras a toda prisa, cerró las puertas tras de sí y apagó las luces al salir. El último interruptor se encontraba al lado opuesto de la puerta principal, pero esta estaba abierta y la luz de la farola de la calle iluminaba el salón. Mi hermano sintió una mano en su espalda, pero no se giró a ver, solo tiró la puerta para cerrarla y con el recipiente de comida en la mano bajó corriendo los escalones del porche y corrió por el patio delantero hasta alcanzar su coche.

Mientras llegaba a la altura de sus amigos respiró un poco y se enfadó consigo mismo. Se había asustado por nada.

Subió por el lado del conductor, ató el cinturón de seguridad y se preparó para salir, cuando uno de sus amigos lo detuvo y le dijo:

—Oye, espera, ¿qué pasa con tu hermano, no viene con nosotros?

Mi hermano respondió:

—¿Qué?  mi hermano llegará del trabajo tarde esta noche ¿acaso no ves que su coche no está aquí?

Sus amigos se vieron preocupados y uno rompió el silencio:

— Entonces, ¿quién iba detrás de ti cuando salías de casa?

El fantasma y mi hermano

Esperamos que estos cuentos de terror y miedo largos de Frases.Top te hayan gustado y que te sirvan para contar en una noche oscura.

Historias Largas de Terror para pasar Miedo

Si te gustan los cuentos de miedo, atrévete a disfrutar de estas historias largas de terror que Frases.Top también ha recopilado para ti:

LA CASA DEL ASESINO DEL HACHA

La Casa del Asesino del Hacha es una reconocida atracción turística ubicada en Iowa. Es visitada por muchos cazadores de fantasmas y amantes del terror y es que en el lugar se cometió un terrible asesinato en el año 1912 y nunca fue resuelto.

Durante este terrible hecho, seis niños y dos adultos sufrieron el aplastamiento de sus cráneos de manos de un asesino desconocido.

La casa fue comprada en 1994, restaurada a un estado similar al que tenía en el año 1912 y convertida en un centro turístico. Si deseas alojarte en ella, solo tienes que pagar 428 dólares por noche. Quien duerme en ella experimenta diferentes situaciones paranormales, en especial, la de una figura de un hombre con un hacha que vaga por los pasillos o bien, débiles gritos que atraviesan las paredes.

Pero visitar una casa embrujada real no es tan divertido como parece. En el año 2014 la historia de un giro oscuro. Un hombre llamado Robert Steven Laursen Jr., de 37 años de edad y proveniente de Rhinelander, Wisconsin, esperaba disfrutar de una visita paranormal regular con algunos amigos cuando experimentaron lo peor.

Laursen durmió en una de las habitaciones como todos los huéspedes, pero al amanecer sus amigos lo encontraron con una terrible puñalada en el pecho, una herida que parecía autoinflingida. Llamaron al 911 y Laursen fue llevado a un hospital cercano antes de ser enviado en helicóptero al Centro Médico de la Universidad de Creighton en Omaha.

Los estudios forenses revelaron que Laursen sufrió la herida alrededor de las 12:45 minutos de la mañana. La misma hora en la que se cree que fueron cometidos los asesinatos en la casa en el año 1912.

Laursen se recuperó de sus heridas, pero nunca contó lo que ocurrió en realidad. La señora Martha Linn, propietaria de la casa, asegura que el incidente fue muy perturbador y que, aunque fue publicidad, no es la que esperaba para su atracción.

Después de este hecho nada más ha ocurrido en la terrorífica casa y esta sigue abierta al público. Quien lo desee, puede pasar la noche entre sus paredes.

¿Te animarías a pasar una noche en esta aterradora casa?

La casa del asesino del hacha

 

EL FANTASMA DE LA SOMBRA

Una vez me encontraba cuidando a mi sobrina en casa de mi hermano. Él y su esposa tenían una cámara para bebés en su habitación para que pudiera vigilarla con ayuda de una pequeña pantalla.

Mientras el bebé dormía dediqué mi tiempo a estudiar, pasadas las horas el sueño me dominó por unos instantes. Mi descanso se vio interrumpido por unos susurros inquietantes. Me desperté y observé a mi alrededor. No había nada, los susurros parecían venir del monitor.

Al principio, no presté atención, pensé que se trataba de interferencia, pero luego de mirar atentamente a la pantalla, descubrí una sombra oscura cerca de la cuna de mi sobrina. La sangre se heló en mis venas, había una sombra allí que no había estado antes.

Corrí a la habitación de mi sobrina y revisé el lugar. No vi nada, pero la saqué de su cuna y la llevé conmigo. Volví a observar el televisor y la sombra había desaparecido.

Cuando mi hermano regresó le conté lo sucedido, él me apartó y me dijo que no le comentara nada a mi cuñada para no asustarla, pero que él ya había visto esa sombra antes, siempre con el mismo susurro.

Permanecieron en esa casa durante cuatro años más, mi sobrina apenas empezó a hablar le contó a su madre de su “amigo especial” un ser que siempre jugaba con ella.

Hasta el día de hoy el recuerdo me llena de pavor. Cuando se mudaron, mi hermano me contó que mi sobrina había estado inconsolable, pues extrañaba a su amigo especial. Su madre le dijo que podía traerlo, pero ella le dijo que su amigo no podía salir de la antigua casa.

Hasta ahora no le hemos hablado de la sombra, al parecer, para ella solo era un amigo, una persona, y no algo aterrador.

El fantasma de la sombra

 

LO ESCUCHÓ A TRAVÉS DE LA PARED

Hace cuatro años viví en una casa de campo realmente grande. Los dueños la habían convertido en dos apartamentos. En el lugar la casa era conocida como el “Antiguo hogar para niños” la propiedad era utilizada para alojar niños que tenían problemas de conducta, pero fue cerrada por las autoridades debido a las acusaciones sobre abusos y violencia.

Yo vivía con un novio y mi hija de tres años en uno de los apartamentos. MI habitación tenía una chimenea que había sido tapiada y pintada. Un día, mientras ordenaba y reorganizaba la habitación decidí apoyar mi cama en ella, como si fuera un cabecero de cama. Quedaba muy bonito.

En la noche, alrededor de la 1 de la madrugada, escuché una voz que decía «mamá, mamá, mamá». Me senté a toda prisa en la cama, pero no vi nada. Decidí incorporarme y buscar a mi hija en el borde de la cama para levantarla y acostarla en nuestra cama. Tanteé en la oscuridad, seguía escuchando la vocecita, pero no podía encontrar a mi hija.

Mi movimiento despertó a mi novio, encendió la lámpara de la mesita de noche y me preguntó:

—¿Qué haces?

—Amelia quiere subir a nuestra cama, trato de encontrarla para ayudarla a subir.

Ambos miramos a nuestro alrededor, pero Amelia no estaba en el borde de la cama. Me levanté y fui a revisarla. Mi hija estaba dormida profundamente en su habitación.

Llegó la noche siguiente y alrededor de la 1 de la madrugada mi perro empezó a llorar en la puerta. Mi novio se levantó para sacarlo y yo me quedé sola en la cama.

Fue entonces cuando sentí el colchón hundirse como si alguien se hubiera acostado a mi lado. Incluso sentí su calor a mi espalda. Al estar medio dormida pensé que mi novio había regresado.

Me di la vuelta para abrazarlo, pero mi novio no estaba en la cama. Sentí que el colchón se levantaba, como si quien estuviera acostado a mi lado se hubiera levantado en un instante. El terror me inundó, había algo mal con la chimenea.

Decidí mover la cama hacia el otro lado de la habitación y no viví ningún incidente en los dos años que viví en ese lugar.

Lo escuchó a través de la pared

Ojalá que también hayas disfrutado con estas historias de terror un poco más largas que te hemos dejado.

Historias Cortas de Terror Famosas

Aquí tienes la que es para nosotros la mejor colección de historias de terror cortas. Esta selección de Frases.Top es perfecta para compartir con amigos y pasar un rato de miedo:

LA LEYENDA DE BLOODY MARY

En Estados Unidos existe una leyenda titulada Bloody Mary o María la sangrienta, es una historia muy popular que incluye un ritual para invocarla y que muchos jóvenes intentan para vivir en carne propia el terror más absoluto cuando ella responde y se presenta en el reflejo del espejo.

Una de las versiones más extendidas cuenta que Mary era una jovencita de quince años realmente vanidosa y es que era muy hermosa. Su atributo más preciado era su cabello, todas las noches lo cepillaba cien veces. Nunca lo descuidaba.

Un día sus compañeros de escuela decidieron jugarle una broma muy pesada y contrataron a un hombre para que se escondiera en el armario mientras ella se cepillaba el cabello.

Mientras Mary estaba descuidada, el hombre salió del armario, amordazó su boca con un pañuelo y le cortó todo el cabello al ras. Luego, el asaltante la dejó en paz y escapó.

Debido a la desesperación que este hecho le produjo y a que se sentía horrible al verse en el espejo, no pudo esperar a que su cabello creciera de nuevo. Unas pocas semanas después, se suicidó.

Se dice que para invocar a este fantasma solo debemos encender tres velas frente a un espejo, peinar nuestro cabello cien veces y repetir «Bloody Mary» tres veces.

Bloody Mary

 

LA LEYENDA DEL HOMBRE LOBO

La leyenda del hombre lobo varía según el país, casi cada lugar en el mundo tiene su propia historia y en su mayoría han inspirado películas y libros, pero todo tiene un origen, una leyenda principal, el mito de Licaón o Lycaon.

De este mito surge la palabra licántropo, que deriva del griego Likos, que significa lobo, y Anthropos que significa hombre.

Cuenta la historia que Licaón era hijo de Pelasgo, el primer hombre que vivió en Arcadia y responsable de fundar y poblar esta ciudad. Enseñó a las personas a vivir como seres civilizados, a vestirse, cocinar los alimentos y construir sus hogares.

Cuando murió su padre, Licaón heredó la responsabilidad sobre los seres humanos y pese a ser tan inteligente y sabio como su padre, estableció los sacrificios humanos y el canibalismo como costumbres en esta incipiente sociedad.

Con el paso del tiempo Licaón fundó la ciudad de Licosura, la que sería la ciudad más antigua de Grecia. El lugar estaba ubicado en una montaña. Para honrar a Zeus, Licaón construyó en la cima un hermoso templo en su nombre.

En dicho templo inició la práctica de los sacrificios humanos a Zeus. Por supuesto, Licaón no sacrificaba a los pobladores de la ciudad, sino a los viajeros que pasaban por allí, violentando así una regla no escrita sobre la hospitalidad.

El rumor llegó a Zeus, quien quiso saber de primera mano qué era lo que ocurría en Licosura. Para ello, se disfrazó de humano y se acercó al lugar. Los arcadios eran tan sabios como su gobernante y se dieron cuenta que no se trataba de un viajero común, sino un dios, pues reflejaba la luz. Así se lo advirtieron a su gobernante, pero este no los escuchó y decidió comprobarlo por sí mismo.

Con este fin, Licaón invitó a Zeus a un banquete y le sirvió carne humana. Zeus lo notó y entró en cólera. El dios destruyó el pueblo y el palacio con sus rayos. Como el nombre de su anfitrión significaba “lobo” Zeus decidió aplicar un castigo ejemplar. Convirtió a Licaón en un lobo feroz, sin embargo, le ofreció una gracia especial, cada diez años y si como lobo no había consumido carne humana, volvería a ser humano.

Cuando regresaba a su naturaleza humana, Licaón volvía al canibalismo y a los sacrificios humanos. Si esto ocurría, se convertía de nuevo en lobo.

Licaón nunca perdió la fe ni se rindió. Cada noche de luna llena acudía al claro del bosque o salía a los caminos a aullar y pedir perdón a Zeus. Lamentablemente, siempre devoraba a cualquier persona que pasara cerca de él.

Leyenda del hombre lobo con resumen

Te invitamos a compartir alguna de nuestras historias cortas de terror. Recuerda que dejando nuestro link a Frases.Top nos ayudas a seguir con nuestro trabajo porque nos debemos a vosotros :).

Cuentos de Terror Cortos para Niños

Cuando se trata de sentir miedo, Frases.Top no se quiere quedar atrás y trae hasta ti los mejores cuentos de terror cortos para niños y adultos:

EL MONSTRUO DEL ARMARIO

Había una vez un niño llamado Carlos que temía mucho a la oscuridad. Cuando se hacía de noche, siempre le pedía a su mamá que dejara la luz encendida, pues tenía miedo del monstruo que vive bajo la cama.

Un día sus padres decidieron mudarse de la ciudad y el pequeño tuvo que despedirse de todos sus amigos de la escuela y de su antigua habitación ¡Estaba tan triste! Pronto su tristeza se esfumó al ver su nueva casa, tenía una gran habitación en la cual podría jugar. ¡Incluso tenía estrellas que brillaban en la oscuridad!

Pero la grandiosa habitación tenía un problema y era un enorme armario justo frente a su cama. Ya no temía al monstruo de debajo de su cama, porque se había quedado en su antigua habitación, pero esta nueva casa tenía algo aun peor: Un monstruo en el armario.

Carlos estaba seguro que era un monstruo espeluznante, porque en las noches podía escuchar sus afiladas garras rasgar contra la puerta. También podía escuchar su grave voz, rugiendo su nombre, eso lo hacía imaginar temibles colmillos. Sus pasos eran apagados y arrastrados, por lo que seguramente también estaría cubierto de pelos enmarañados.

El pobre niño siempre ataba la puerta del armario antes de dormir, así el monstruo no escaparía para comérselo durante su sueño. Su mamá incluso le había regalado una cuerda muy gruesa para cerrar la puerta de su armario y que pudiera dormir. A pesar de tan útil regalo, ella no le creía, solo se reía y le enseñaba el armario lleno de ropa ¡Pero solo lo hacía de día! Carlos sabía que los monstruos se ocultan de la luz porque los puede convertir en polvo.

Pero una noche, Carlos no despertó por los gruñidos y pasos del monstruo, sino por su llanto.

—Carlos ¿Por qué eres tan malo conmigo? —sollozaba el monstruo.

El niño estaba seguro que era una treta del monstruo para engañarlo y comérselo, pero el llanto le estaba llegando al corazón y le llenaba los ojos de lágrimas ¿Y si de verdad el malo era él por encerrar al monstruo? Armándose de valor, vistió sus pantuflas, desató las puertas y con un gran suspiro abrió la puerta.

Dentro no se encontraba un gran monstruo ni una feroz criatura. Solo un pequeño ser peludo de su tamaño, con colmillos y garras afiladas, como un gato, o tal vez un tigre. Carlos sonrió al monstruo, porque sus ojos eran oscuros y redondos, como los de un osito de peluche, nada que tuviera los ojos de un peluche podría lastimarlo.

—¿Por qué no me dejabas salir? —preguntó el monstruo con lágrimas en los ojos— ¡Quiero ser tu amigo!

—Pero gruñías todas las noches para comerme—explicó el niño.

—No, jamás podría comerte. Yo solo quiero jugar contigo. Esta es una habitación muy bonita y hace mucho que no hay niños con los cuales jugar. Me siento solo—lloró el monstruo.

—No llores, monstruo del armario, de ahora en adelante yo seré tu amigo—aseguró Carlos tendiéndole la mano.

cuento el mostruo del armario

El monstruo ignoró la mano tendida de Carlos y en cambio lo rodeó con sus grandes y peludos brazos.

Y así quedó sellada una gran amistad, el monstruo y Carlos jugaban durante parte de la noche. El niño incluso corría las cortinas para que el monstruo no se quemara durante el día y pudieran jugar a todas como los mejores amigos que eran.

Un día su mamá entró a su habitación y encontró a Carlos en el armario, jugando con sus cochecitos.

—¿Por qué juegas en el armario? —preguntó con curiosidad.

—Porque el monstruo que vive en él solo quería un amigo y ahora juega conmigo—respondió Carlos señalando al monstruo.

Su madre achinó los ojos para tratar de ver al monstruo, pero los adultos al crecer pierden la capacidad de ver la magia y a las criaturas mágicas, así que no vio nada. Aun así, dijo:

—Qué lindo es. Bueno, si es tu amigo puede quedarse el tiempo que quiera.

el monstruo del armario

Carlos miró a su madre asombrado, no entendía como era tan comprensiva, pero se sintió feliz y continuó jugando con su amigo hasta que las vacaciones terminaron. Carlos empezó a ir de nuevo a la escuela e hizo muchos amigos nuevos. Cada vez tenía menos tiempo para jugar con su amigo el monstruo y un buen día, esté se marchó. Carlos ya no lo necesitaba para hacerle compañía y ser su amigo, así que decidió marcharse. Otro niño en algún lugar necesitaría un peludo amigo que le enseñara a no temer a la oscuridad y a los armarios, pero Carlos siempre tendría un lugar muy especial en su corazón.

 

HANSEL Y GRETEL

Había una vez dos hermanos, Hansel y Gretel, hijos de una pobre pareja, un leñador y su esposa, madrastra de los niños. La familia, debido a la hambruna y pobreza que asolaba el lugar, apenas tenía para comer. Con el paso del tiempo la situación solo empeoraba, al punto que el leñador no alcanzaba a vender la leña que cortaba ¡Ni siquiera podía vender un atado de ramas!

Una noche, desesperado por el hambre y dando vueltas en la cama, dijo a su mujer entre suspiros de dolor:

—¿Qué será de nosotros? ¿Cómo alimentaré a mis hijos? No nos queda nada para comer.

—Tengo una idea—respondió ella con malicia—. Mañana saldremos de madrugada, nos llevaremos a los niños a lo profundo del bosque. Les encenderemos una fogata, les daremos el pan del día y los abandonaremos para ir a nuestro trabajo. No sabrán regresar a casa y nos libraremos de ellos—explicó la malvada mujer.

—¿Qué dices?  —exclamó el leñador—. No puedo hacer eso ¡Cómo podría cargar con la culpa de abandonar a mis hijos! Los matarían las fieras del bosque.

—No seas estúpido—continuó ella—¿Quieres verlos morir de hambre? ¿Qué muramos los cuatro? Entonces empieza a construir los ataúdes—y así pasó la noche, importunando al pobre hombre hasta que accedió a abandonar a sus hijos.

Hansel, que no podía dormir por el hambre, escuchó la conversación. Entre lágrimas le contó a su hermana lo que había descubierto:

—Estamos perdidos—sollozó ella.

—No llores, hermanita—la consoló Hansel—. Ya encontraré la solución.

Cuando todos se durmieron, el niño escapó de casa. La luna brillaba sobre su cabeza y le permitió recoger un montón de guijarros blancos que refulgían como plata ante la luz. Se llenó los bolsillos y regresó al cuarto.

—Encontré la solución, hermanita, duerme tranquila. Dios no nos abandonó—susurró a Gretel.

Cuando despuntaba el alba, la malvada mujer los despertó a gritos:

—Vamos, arriba niños holgazanes, es hora de trabajar.

Cuando estaban por salir de casa les entregó a ambos una hogaza de pan.

—Y esto es para el mediodía, no lo coman antes, porque no habrá más.

Gretel guardó el pan en su delantal, pues Hansel no podía guardarlo en sus bolsillos llenos de piedras. Mientras seguían a sus padres a través del bosque, Hansel regaba piedrecillas blancas a lo largo del camino.

Cuando llegaron al centro del bosque, el padre de los niños encendió una hoguera y les dijo que descansaran mientras ellos trabajaban, que, al terminar, regresarían por ellos.

El hombre se alejó y para engañarlos, ató un palo a un árbol de manera tal que el viento lo moviera y lo hiciera golpear contra el tronco, simulando el ruido de los hachazos, así los niños se quedarían tranquilos.

Al mediodía los niños comieron sus hogazas de pan y se durmieron. Al despertar, se encontraron con que había caído la noche. Gretel empezó a llorar:

—¡Nos abandonaron! ¿Cómo regresaremos a casa?

—Espera a que salga la luna, verás que encontraremos el camino a casa.

Y cuando salió la luna, el niño tomó a su hermana de la mano y siguió el camino de blancas piedrecillas. Llegaron a casa y la madrastra sorprendida solo atinó a regañarlos por quedarse en el bosque. Su padre en cambio, estaba muy feliz.

Pero la miseria continuó. La madrastra convenció de nuevo al hombre para abandonar a los niños en lo profundo del bosque. Hansel los escuchó de nuevo y se dispuso a repetir su plan anterior. Sin embargo, la malvada mujer había cerrado la puerta con llave.

Hansel decidió entonces, marcar el camino con su hogaza de pan. Mientras sus padres los guiaban a lo profundo del bosque, él dejaba caer migas de pan por el camino.

De nuevo, dejaron a los niños en medio del bosque, con una fogata y la promesa de volver. Los niños se quedaron dormidos luego de compartir la hogaza de pan que correspondía a Gretel.

Cuando la luna salió, Hansel tomó la mano de su hermana y se dispuso a seguir el camino de migas que había dejado pero ¡Que mala suerte! Los pajaritos del bosque se las habían comido todas.

cuento de hansel y gretel

Deambularon por el bosque durante toda la noche y todo el día siguiente, sin encontrar la salida. Estaban hambrientos, pues solo habían comido algunas bayas del bosque. Estuvieron perdidos por tres días, alcanzando lo más profundo del bosque cada vez más.

Cuando ya estaban desfallecidos, siguieron un pajarito blanco de hermoso canto hasta un claro en el bosque, pues ¿Cómo un pajarito tan lindo podía engañarlos? Encontraron en medio del claro una casita ¡No podían creer lo que veían! Las paredes eran de pan, las ventanas de azúcar y el tejado de biscocho bañado en chocolate. Hambrientos, corrieron hacia ella. Gretel partió una ventana y empezó a comer, mientras Hansel arrancó un gran trozo del techo.

—¿Quién se come mi casita? —rugió una voz desde el interior.

—El viento—respondieron los niños sin dejar de comer.

La puerta se abrió bruscamente y salió una mujer muy anciana que se apoyaba en un bastón. Los niños iban a correr, pero ella les dijo:

—Mis pobrecitos niños, muriendo de hambre en el bosque, vengan, vengan a compartir mi mesa y quédense conmigo el tiempo que gusten.

Hansel y Gretel confiaron en la apariencia amable de la anciana y la acompañaron al interior de la cabaña. Encontraron sobre la mesa un gran festín y hambrientos, compartieron con ella todo tipo de platillos.

Pero pronto, se dieron cuenta que era una anciana bruja que había construido aquella casita para atraer a los niños y comérselos. Era muy poderosa, con un gran olfato, pero casi ciega. Logró encerrar a Hansel en una jaula y a Gretel la convirtió en su sirvienta.

Gretel se veía obligada a cocinar para su hermano, pues la bruja quería engordarlo para comérselo. Poco podía hacer la niña más que obedecer entre lágrimas. Hansel comía todo lo que quería, mientras que la bruja solo servía a Gretel conchas de cangrejo.

Todos los días la bruja se dirigía a la jaula y le ordenaba a Hansel que sacara el pulgar para ver si estaba cebado. El inteligente niño, que conocía la ceguera de la bruja, sacaba un hueso de pollo. La bruja desconcertada, ordenaba a Gretel que lo alimentara más. No entendía por qué el niño no engordaba.

hansel y gretel

Un día, perdió la paciencia y decidió comérselo. Envió a Gretel por agua para guisar a su hermano y le ordenó encender el horno para hacer pan.

—Trepa en el horno para ver si está caliente—ordenó la bruja a la niña.

Gretel no quería trepar en el horno, sabía que la bruja la encerraría para asarla y comerla junto a su hermano, así que fingió ignorancia.

—No sé cómo trepar—dijo—. Quizás si me enseña lo haga.

—¡Niña estúpida! —rugió la bruja impaciente y sin pensarlo dos veces trepó en el horno.

Gretel aprovechó la oportunidad para empujar a la bruja en lo profundo del horno y cerró la puerta con seguro. Los chillidos de la bruja eran terribles, pero al fin estaban a salvo. Gretel rescató a su hermano y juntos recorrieron la casita, encontrando grandes tesoros. Llenaron sus bolsillos y el delantal de Gretel con las piedras preciosas y perlas y se dispusieron a regresar a su hogar.

Luego de mucho caminar y de cruzar un río sobre el lomo de un buen pato, llegaron a una parte del bosque que conocían, pronto, encontraron la casa de su padre, quien los recibió con muchos abrazos y besos. Su conciencia no lo había dejado en paz desde que los abandonó en el bosque, además, la malvada madrastra había muerto.

Los niños volcaron sus bolsillos rebelando todas las perlas y piedras preciosas a su padre, gracias a eso se acabaron todas las penas y los tres vivieron juntos y felices para siempre.

 

Preguntas Frecuentes sobre los Cuentos de Terror

¿Es seguro compartir cuentos infantiles de terror pensado para niños?

Sí. Puede que sientas que el terror no es lo mejor para los pequeños de la casa o que puede provocarles problemas para dormir. Sin embargo, lo cierto es que cuentos creados para ellos son seguros y aportan muchos beneficios.

¿Por qué debería dejar leer los cuentos de terror infantiles a mis hijos?

Motivan a los niños a analizar y razonar sus temores. También les ayuda a superar dichos temores, porque al final, el héroe de los cuentos de terror infantiles siempre gana. Además, estos cuentos les ayudan a comprender la vida y sus sombras.

¿Un niño puede leer cualquier cuento de terror?

No, los cuentos de terror para niños pueden ayudar a los niños a experimentar todo tipo de emociones e incluso, enseñarles muchas lecciones de vida valiosas. Sin embargo, los cuentos de terror para adultos no son recomendables.

Tanto si es una buena historia larga de terror para adultos o un cuento corto de miedo para niños, si son buenos deben hacerte dudar hasta de tu sombra. Si ha sido así y el miedo te ha invadido con estos cuentos de terror, y compártelos con tus amigos en las redes sociales para ayudarnos a seguir trabajando. ¡Hasta pronto!

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